jueves, 6 de noviembre de 2008

Los símbolos

Los “Bocados pretenciosos” recurren al lenguaje simbolista, que viste la idea de una forma sensible con una intención metafísica. El resultado es un texto subjetivo, misterioso y místico.
El simbolismo intenta encontrar lo que Baudelaire denominó "correspondencias", las secretas afinidades entre el mundo sensible y el mundo espiritual. Para ello utiliza determinados mecanismos estéticos, como la sinestesia (facultad que poseen algunas personas que consiste en experimentar sensaciones de una modalidad sensorial a partir de la estimulación de otra distinta). Esto se produce en los bocados, de modo que, al ir avanzando en el texto, la “libélula azul”, cuando sólo sea mencionada como “libélula”, la identificaremos ya con ese color.
En cuanto a los símbolos, los autores han trabajado estableciendo progresivamente nuevas relaciones entre ellos, de modo que su significado va adquiriendo entidad conforme se avanza en el texto y se va estableciendo una asociación de ideas.
La finalidad no es otra que evocar emociones. Se trata de expresar una realidad distinta a la tangible y se utiliza el símbolo como un instrumento de comunicación que trasciende lo material. “Olvido” y “Efebel”, son dos lugares a los que se hace referencia y que podrían entenderse como la “realidad en la que vivimos” y la “realidad que nos gustaría vivir” o “lo que experimentamos” y “lo que nos gustaría experimentar”, o “lo que sentimos” y “lo que nos gustaría sentir”. Pero estos dos términos se acompañan de otros símbolos y todos ellos forman parte del viaje al interior que proponen los "bocados". Se ha utilizado un lenguaje cifrado en el que la alquimia de las palabras acompaña al lector hasta la última página o, incluso, una vez ha cerrado el libro.

Algunos de los símbolos que aparecen en "Bocados pretenciosos" son:

LA ROSA AZUL: “es el imposible que te ha sido brindado”

EL NENÚFAR: es la musa que aviva la sed de creatividad en el sentido más amplio. Representa ideas acuáticas y cristalinas y las enlaza con el ensueño y la imaginación.

EL TINTERO: es el instrumento que representa al lenguaje perfecto.

EL SILBIDO DEL VIENTO: es el despertar de la conciencia a la posibilidad de alcanzar la plenitud.

LA LIBÉLULA AZUL: “la anatomía de una libélula es un estado del ser y la conciencia”, solo cuando has subido en ella eres capaz de iniciar el viaje, hablamos de una continua búsqueda y de un camino que se recorre.

EL ZORRO: es la mirada astuta y premonitoria; incita a continuar por un sendero o claudicar y elegir otro.

LA NOMENCLATURA DEL 3: es la afirmación de que la belleza, la libertad y el amor existen y se manifiestan.

LAS CALÉNDULAS: son la esperanza de que lo bello puede ser alcanzado.

LA CAVERNA: es el lugar oscuro del que todos huimos, en nuestro interior.

LA TABERNA DE TULÚS: es el lugar de encuentro donde pueden darse todas las circunstancias para que se despierte el brillo que procede del interior, es un lugar donde la esencia se comunica plenamente y celebra el encuentro con el guía que le llevará hacia otro lugar u otro estadio de conciencia.

EL LENGUAJE PERFECTO: es la comunicación plena aplicada a todos los sentidos.

EL SILENCIO: forma parte del lenguaje perfecto, es un estado donde las palabras no hacen falta para comunicarse.

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